Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Muy agradable su video señor tabernero de este Bar La Ópera. No conocía esa ópera y tu contexto me hizo pensar un poco en el mensaje. Por supuesto ya quité un poco de mi abundancia de ignorancia sobre Fédora... ¡que historia por cierto!
ResponderEliminarMi mente toma nota de...
Tu suave mano, que en su caricia raspa
Tus dulces labios, que en el beso me envenena
Tu serena mirada, que esconde culpa
para cerrar la puerta, que así te exculpa.
Sí, por salud mental hay que saber leer las señales pero no basta eso, hay que actuar de inmediato y no meterse en un círculo que encierra en una trampa hasta al más inteligente. Y me refiero no sólo a leer las señales en el otro sino también en uno. El miedo al compromiso y el apego al placer es un círculo de vicio que no nos permite vivir felices. En esa contradicción e indecisión, se enamora uno de la ausencia y no se goza la presencia. Lo mejor es cortarlo y que duela al principio y no para siempre.
¿Cuántas historias no giran alrededor de esa contradicción, indecisión e inercia? Son elementos de una tragedia griega…de un drama humano.
Siguiendo el hilo de tu reflexión, un tanto nostálgica, te comento que recientemente disfruté una excelente película judía israelí “Caracoles en la lluvia”, en el que se retrata una de tantas variantes de la indecisión y que termina por sumir al protagonista en una cómoda inercia . Ahí se retrata parte de ese drama entre un hombre heterosexual que vive en pareja con una mujer, y el cual se muestra indeciso en el amor que despierta a otros hombres heterosexuales como él. Finalmente toma la decisión…. Véanla mejor y si pueden la comentamos. Yo la vi en el cine hace una semana pero creo que está en la red